En los primeros 20 dÃas del mes de diciembre más de 100 asaltos, robos y hechos de violencia se han registrado en el Municipio de San Pedro Cholula, donde su presidente municipal, Luis Alberto Arriaga Lila, solo ha destacado por sostener reuniones polÃticas con dirigentes el PRI y PT, por haber colocado cubrebocas a estatuas y por haber contraÃdo el contagio de COVID19.
Las redes sociales han sustituido a la PolicÃa Municipal, ComisarÃa y Ministerio Público y sus espacios se han visto inundados de denuncias y quejas en torno a la inseguridad y violencia que en los últimos dÃas del año han marcado lo que alguna vez fue un lugar seguro y tranquilo para vivir.
En tan solo las 3 más recientes semanas se pueden sumar más 100 hechos violentos, entre los que destacan el robo de autopartes, robo con violencia de vehÃculos, asalto a viviendas y comercios y el atraco en la vÃa pública el trasporte de pasajeros.
El clima de inseguridad ha llegado a tales niveles que incluso han sido vÃctimas un expresidente municipal y una diputada en funciones en céntricas calles y plazas comerciales en las que incluso se han desatado balaceras y persecuciones como la recientemente ocurrida el sábado anterior en la que terminaron con heridas de bala un policÃa y un presunto asaltante.
El millonario sistema de videovigilancia adquirido por el ayuntamiento de nada ha servido pues han tenido que ser las cámaras de seguridad de comercios y negocios las que han registrado el daño que la delincuencia les ha ocasionado y hasta hechos violentos donde sus residentes y clientes han sido amagados para ser despojados de sus pertenencias.
En tanto, altos funcionarios responsables de la seguridad pública de Cholula, aparecen en investigaciones ministeriales vinculados a bandas de huachicoleros, robacoches y asaltantes de autopistas, a quienes presuntamente les ofrecÃan protección en la demarcación municipal para instalar bodegas y transitar sin peligro de ser detenidos.
Funcionarios como Carlos Ponce, Secretario de Gobernación, lejos de considerar la inseguridad, como una prioridad a resolver, fue noticia por utilizar a la policÃa municipal para privar de su libertad, intimidar y amenazar a campesinos de la región, quienes por cierto son miembros de Morena, el mismo partido en el que supuestamente milita dicho funcionario, luego de haber pasado por el PRI y el PAN y al que se afilió para mantener su chamba.
Por su parte, Arriaga Lila, quien abandonó sus funciones de alcalde por dos semanas tras resultar positivo del contagio de COVID19, en fechas recientes estuvo más preocupado por buscar su reelección sosteniendo reuniones polÃticas con dirigentes de los partidos PRI y PT, asà como con lÃderes charros de las que en el pasado fueron poderosas centrales obreras.
La falta de pericia polÃtica y sensibilidad social del exconductor de televisión, lo ha llevado a contratar despachos de marketing para lanzar campañas publicitarias que le suban sus simpatÃas entre la población, terminando en ridÃculos como el escenificado ante estatuas a las que les colocó cubrebocas que provocaron carcajadas de la comunidad cholulteca.
Luis Alberto Arriaga intenta reelegirse, supuestamente con el apoyo de un asesor del gobernador, no solo para extender su corta y desafortunada carrera polÃtica, sino sobre todo ante el temor de que un futuro gobierno ajeno al interés de su jefe polÃtico, el diputado con licencia José Juan Espinosa, auditen las dos anteriores gestiones que ambos encabezaron, plagadas de irregularidades y evidentes actos de corrupción.
Ajeno a la inseguridad que crece alarmantemente en el municipio que gobierna, ha encontrado la explicación con la fácil argumentación de que en fin de año es normal que aumenten los asaltos, robos y hechos violentos, para no tener que asumir el fracaso de su gobierno en materia de seguridad.